LA REVOCATORIA DEL MANDATO

La constitución le ha concedido al ciudadano colombiano, la posibilidad de participar activamente y directamente en el control político a los alcaldes y gobernadores, mediante una herramienta de participación ciudadana que se llama: la revocatoria del mandato.
La revocatoria del mandato, se define como un derecho político por medio del cual los ciudadanos dan por terminado el mandato que le han otorgado a un gobernador o a un alcalde, debido a la insatisfacción de los primeros por el incumplimiento por parte de los segundos del programa de gobierno o la insatisfacción de la población en general por la ineficiencia en el desarrollo de su gestión.
El mecanismo como tal es realmente bueno, pues tiene como objetivo general propender por que el mandatario de turno cumpla con su programa de gobierno, y en general que actué en su misión de gobernante y administrador en forma eficaz y eficiente, de acuerdo con la constitución y la ley.
No obstante, y sobre todo a nivel de las alcaldías pequeñas este mecanismo se está utilizando inadecuadamente, debido a que los contradictores del mandatario apenas iniciado el mandato de este, se dedican casi que única y exclusivamente como se dice coloquialmente a buscarle la caída. Se van lanza en ristre con sectarismo partidista en muchas ocasiones, hurgando aquí y allá, maximizando el más pequeño error, indisponiendo a la comunidad, hasta lograr su objetivo final: iniciar el proceso de revocatoria del mandato. En muchas ocasiones esto no prospera, pero sucede que todo ese ambiente previo que sucede alrededor de la administración municipal y principalmente de su cabeza visible, el primer mandatario, puede conducir a crear desazón en la misma y a que se pierda todo el impulso, dinamismo y disposición en el desarrollo del programa de gobierno.
Y si la revocatoria prospera, imagínense ustedes todo el traumatismo que ocasiona mientras asume el nuevo gobernante las riendas del poder; finalmente el resultado de todo esto es el atraso paulatino y sistemático del municipio año tras año, administración tras administración.
Sería mucho mejor que antes de iniciar cualquier acción extrema y dejando de lado las mezquindades, los ánimos sectarios y de partido, alcaldes y gobernados, las fuerzas vivas y representativas del municipio, se sentaran a dialogar, para llegar unos acuerdos que redunden en beneficio de la totalidad del municipio.
Porque sucede que el municipio lo integran todos: Azules, rojos, amarillos y sin partido, intelectuales y ciudadanos del común, campesinos y desarraigados, que en su conjunto quieren ver un municipio siempre en crecimiento y en constante desarrollo, para beneficio de todos y cada uno.
MIGUEL ANGEL ALARCON GALINDO
ADMINISTRACION PÚBLICA TERRITORIAL
V SEMESTRE