domingo, 22 de agosto de 2010

EL QUIMBO, NEGOCIO CHIMBO.

Hace algunos días, tuve la oportunidad de hablar con algunos de habitantes de los Municipios de Gigante, Garzón, El Agrado, Altamira, Pital, Paicol y Tesalia del Departamento del Huila afectada por la construcción de la Hidroeléctrica Quimbo que estará localizada en el sitio geográfico encañonado denominado "El Quimbo", a 1.300 metros, aguas arriba, de la desembocadura del Río Páez sobre el Río Magdalena.

Una de las cosas más grandes que hay que resaltar de este proceso, es la solidaridad para con los habitantes de estos municipios desde diferentes actores de la región, desde las organizaciones ambientalistas, estudiantiles y alimentarias, hasta los más altos niveles de la academia a nivel regional, como Plataforma Sur de Organizaciones Sociales, que han estimulado la organización social de los afectados en un espacio de permanente discusión y elaboración de propuestas en pro de sus municipios llamada ASOQUIMBO.

Entre estas discusiones que se han dado alrededor del Macro proyecto EL QUIMBO, están las modificaciones que se pactaron en la concesión, donde las comunidades no tuvieron ni voz ni voto ante lo que están planeando en las tierras que durante muchos años han trabajado.

Para Asoquimbo y Plataforma Sur, algunas de las modificaciones más sensibles de la licencia ambiental y de las actas de las ‘mesas de concertación’, que se adelantan mediante ‘conciliación extrajudicial’, serían las siguientes:

· La franja perimetral de protección ambiental pasará de 2.211 a 903 hectáreas.

· En las restituciones de tierras Emgesa está obligada simplemente a entregar predios con sistemas de riego, mientras que en la licencia original debía restituir tierras con las mismas características de calidad y productividad de aquellas que serán inundadas por la construcción de la represa y tecnológicamente adecuadas, lo que incluye, entre otras cosas, sistemas de riego, des compactación de suelos y renovación de praderas.

Estas apenas son algunas de los monstruos que acompañan el Proyecto energético y en mi opinión y para bien del Huila, de las personas y comunidades directa e indirectamente afectadas ojala se abriera un nuevo debate en el Huila, que permita aclarar de una vez por todas si los huilenses y sus dirigentes permitirán la construcción de la represa cediendo a todas las condiciones de Emgesa sin importar ni los afectados ni el medioambiente ni la ecología.

Para no conformarnos como nos conformamos con la ilusión de Betania, como lo pregona un editorial del Diario del Huila: “No hay que olvidar que, con menos compensaciones, Betania trajo innumerables beneficios”.

MARISOL USECHE QUESADA

ESCUELA SUPERIOR DE ADMINISTRACION PUBLICA.

V A SEMESTRE

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