jueves, 19 de agosto de 2010

LA MUERTE DEL RIO MAGDALENA

La concepción tradicional acerca de la vía capitalista y el sistema liberal de relaciones internacionales de intercambio, se ha construido sobre una serie de ideas, como la de considerar que el país debe especializarse en exportaciones, en este particular la energía y que es una ventaja comparativa, al integrar la economía nacional con el mercado mundial, obteniendo como resultado de estas relaciones internacionales de intercambio, que la nación Colombiana obtenga los recursos necesarios para el financiamiento de su plan de desarrollo.
Con la construcción de la represa de El Quimbo, en el centro del departamento del Huila, el rio Magdalena prácticamente dejara de ser el principal rio de este país, no es un alarmismo exagerado, la parte alta del rio en el mismo nacimiento en el Macizo colombiano ha sido muy deforestado, protegido gracias al esfuerzo de los gobiernos Francés y Holandés, que han promovido la conservación de esta zona, al menos el proyecto de producción orgánica y conservación del medio ambiente de la región, ha sido auspiciada no propiamente por el gobierno colombiano, pero si ha contado con el interés de estos gobiernos europeos.
Hasta el momento una sola represa existe en la parte alta del rio Magdalena, la represa de Betania, la cual supuestamente cuando fue construida aportaría muchísimo al desarrollo de buena parte de la región sur de este país, esta represa fue vendida al consorcio hispano-chileno Emgesa; privatizándose totalmente en a finales de la década del 90.
Ahora surge un "nuevo proyecto" que cuenta con todo el apoyo del gobierno colombiano y la inversión será de la empresa Emgesa con asocio de Codensa en pleno centro del departamento del Huila, implicando la inundación de amplias extensiones de cultivo de la zona, además de asestar un gran golpe al pobre Magdalena, que ha sido transformado en su caudal drásticamente pues sus principales afluentes en el sur del Huila o ya han desaparecido o sufren un agónico proceso de secamiento por la deforestación en sus nacimientos, según voceros de Emgesa: no habrá un grave impacto ambiental y al contrario la represa de el Quimbo, "aportará" un "gran desarrollo a la región", ese discurso ya lo habían dado cuando se construyó Betania, hoy enteramente privatizada.
Esta construcción generara un gran impacto social y económico y conducirá a un desplazamiento masivo de campesinos; quienes venderán sus tierras a la empresa privada involuntariamente, pero a pesar de el impacto que habrá en la misma constitución del curso de un rio que ya está herido desde su mismo nacimiento, las entidades ambientales del Huila han expresado muy poca preocupación por este tema, respecto a lo que será una profunda herida al rio Magdalena, su poca preocupación es inquietante.
Que pasara con el bocachico la subienda que beneficia a muchos colombianos significativamente desaparecerá, ahora se promocionara la trucha en lagos, dos represas en menos de 100 kilometros, colocan en un grave riesgo al rio Magdalena, eso sumado a la contaminación generalizada a lo largo de su curso, no lo dejarán muy bien parado, los
círculos políticos del Huila y periodísticos apoyan la construcción de esta nueva represa, esperanzados en que la "inversión" genere fuentes de trabajo, desarrollo y turismo a esta zona del país, pero desde las primeras reuniones, los inversionistas españoles han anunciado que el cobro de la energía eléctrica no será subsidiada, por lo tanto existirá poco beneficio para la región en esta materia.
El gobierno departamental, poco se ha interesado en promover información a los habitantes que directamente están involucrados, no hay asesoría para el desarraigo que significara un desplazamiento forzado de sus tierras de cultivo y mucho menos hay información de capacitaciones para ayudar a estas personas a fin de dedicarse a nuevos quehaceres.
El gran rio Magdalena, una fuente de desarrollo para este país, se aproximará poco a poco a su triste final, no en uno o dos años, quizás sean cinco o diez, los huilenses en lugar de promover la conservación del rio de la patria y sus afluentes de su zona alta, evadirán una gran responsabilidad, esperanzados en una esquiva ilusión de desarrollo, y los campesinos que no han sido desplazados por la violencia, esta vez serán desplazados por el mismo gobierno.
JHON KAROL CAMPOS VARGAS
ESTUDIANTE SEMESTRE 5a ESAP NEIVA

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