miércoles, 11 de agosto de 2010

EL FENOMENO DE LA DESCENTRALIZACION EN COLOMBIA


Existe cierto consenso en afirmar que es un proceso joven, incompleto, pero que va por buen camino y que se debe profundizar y afinar ya que es la mejor opción a largo plazo para el desarrollo del país.
En este sentido, en general se afirma que el proceso de descentralización en Colombia aún no se ha consolidado; a pesar de varios logros en materia de descentralización fiscal y administrativa, se afirma que existen razones sociales, económicas y políticas que interfieren en el proceso.
Se entiende que aún así, el proceso es relativamente nuevo y se encuentra en una etapa de transición, en donde Colombia opta por un proceso de descentralización fiscal y administrativa a mediados de los años 80, el que se concreta explícitamente en la Constitución de 1991. Diez años después de aplicadas las reformas, se entiende la descentralización como un proceso incompleto con consecuencias sobre la prestación de los servicios.
Entre las críticas más comunes al proceso se encuentra que la reglamentación y la organización administrativa es compleja y en algunos casos inconsistentes, cuya expresión más clara es la falta de consenso en las responsabilidades de los distintos niveles de gobierno. Un punto importante que me gustaría resaltar, es el hecho de que en general, el apoyo político que se dio al proceso de descentralización en 1991 ha perdido fuerza y que se ha manifestado en una nueva tendencia centralista, que es atribuida a la falta de claridad en las normas y a problemas administrativos, pero que en mi concepto, tiene que ver con la incapacidad de muchos gobiernos departamentales y municipales de realizar las funciones que le corresponden.
En este escenario, mientras el gobierno central, tiene más responsabilidades de gasto, los gobiernos intermedios no tienen mayor autonomía real, ni poder económico para desarrollar sus funciones, terminando siempre la nación rescatando a los departamentos de sus crisis y sus problemas de solvencia.
Si miramos el desarrollo regional, encontraremos que las entidades territoriales son un universo sumamente heterogéneo. En general, algunos departamentos y municipios grandes cuentan con la capacidad económica y de recursos humanos para cumplir con sus competencias de una manera eficiente. Sin embargo, existe otro grupo de entidades que ha demostrado una gestión fiscal y administrativa pobre por no decir miserable. En mi concepto, el problema en últimas, no tiene que ver con administración, tiene que ver con tamaño y capacidad real de influencia para los habitantes.
MONICA ANDREA MOLINA LEIVA
ESTUDIANTE V SEMESTRE ESAP

1 comentario:

  1. Mónica. Una buena columna de opinión. Ya se nota la profundidad del contenido y lo que quieres comuniar. Felicitaciones

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