jueves, 26 de agosto de 2010

EL PARROQUIALISMO AL DESNUDO


Se necesitaron menos de tres días del nuevo gobierno para que se empezara a desmontar una de las tantas falacias sobre las que el gobierno de Álvaro Uribe, había montado su política de engaño y confusión contra el pueblo colombiano. El Presidente Santos y su Canciller María Ángela Holguín se reunieron en Santa Marta con sus homólogos de Venezuela, el Presidente Chávez y el Canciller Nicolás Maduro, para restablecer y normalizar las relaciones políticas y comerciales entre los dos países. Relaciones que por cierto nunca debieron romperse, dadas la comunidad histórica, económica y cultural que nos unen al pueblo venezolano.

Convertir a Chávez en un “enemigo” de Colombia fue uno de los artilugios a los que recurrió, sin vergüenza, el régimen Uribista para perpetuarse en el poder. Recordemos que uno de los argumentos esgrimidos para reelegir al “mesías”, al hombre de “inteligencia superior” era el peligro que representaba Chávez para la seguridad del país. ¡Tan grande y peligroso era el enemigo que solo Uribe podría con él!

No importaba que el infundio estuviera soportado en irrespetos, violaciones y agresiones contra el gobierno y la nación venezolana. En honor a la verdad hay que decir que primero Colombia le dio asilo al personaje que encabezó la intentona golpista contra el gobernante legítimo de los venezolanos; luego en un acto de bandidaje internacional se montó, a través del DAS, el inefable organismo policíaco de la presidencia, un operativo de comando para secuestrar, ¡si secuestrar!, en territorio venezolano a un dirigente de la guerrilla “narco-terrorista”, violando de manera flagrante el derecho internacional; después de la fallida intermediación de Chávez con las Farc, solicitada por el mismísimo presidente Uribe, el gobierno colombiano inició una campaña sistemática de desprestigio del régimen venezolano. A diario, por meses y años, los noticieros de televisión y de radio, periódicos y revistas, influidos por el gobierno, amplificaron –pensando con el deseo-, la propaganda oficial sobre el fracaso y el colapso inminente del gobierno chavista.

Fue tal la actitud de torpeza, con la que se manejaron las relaciones con el gobierno venezolano que un día con cualquier disculpa, las bases norteamericanas, el gobernante vecino mandó al carajo los negocios con la empresas y los productores colombianos, con quienes había multiplicado por ocho las compras en menos de tres años. Y a quejarse al mono de la pila. A propósito del acuerdo sobre las bases militares con los Estados Unidos, fue un acuerdo tan mal negociado y peor, tan mal presentado que terminó generando inquietud en todos los gobiernos de la región. Pero el argumento era que Chávez intervenía en los asuntos internos del país. Y si lo hacía, ¿no le habíamos dado decenas de justificaciones?

El resultado ha sido el sufrimiento de millares de colombianos y venezolanos que viven de las relaciones económicas entre los dos países. Más de 200.000 empleos y miles de empresas se han perdido en Colombia por esta aventura fundamentalista. La respuesta del régimen es que primero está la dignidad que el comercio. Y la dignidad ¿con qué se come?

A ese sufrimiento que no pudo dar respuesta el gobierno de Uribe, tuvo que entrarle con decisión y rapidez el gobierno de Santos, so pena de tener que enfrentar una bomba de tiempo que ya se hacía inmanejable. Este es el comienzo de las rectificaciones que en todos los campos es urgente hacer. Van a sorprendernos. Preparémonos.


HERNANDO OVIEDO POLO
SEMESTRE V “A” ESAP
26 de agosto/2010.

2 comentarios:

  1. QUE BUEN ARTICULO HERNANDO, A PESAR DE QUE NO TODO EN EL GOBIERNO SALIENTE FUE NEGATIVO, SU APRECIACION CON RELACION A LAS RELACIONES BILATERALES ENCTRE LOS DOS PAISES ES MUY ACERTADO

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  2. QUE BUEN ARTICULO HERNANDO, A PESAR DE QUE NO TODO EN EL GOBIERNO SALIENTE FUE NEGATIVO, SU APRECIACION CON RELACION A LAS RELACIONES BILATERALES ENTRE LOS DOS PAISES ES MUY ACERTADO.
    JHON KAROL CAMPOS V

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