jueves, 5 de agosto de 2010


Conozcamos a Colombia
Desde los inicios de la conformación de los pueblos y de la organización de los estados a través de la historia, tomando como punto de partida las sociedades jerárquicas, hasta llegar hoy en día a los estados sociales-democráticos y de derecho, los cuales tienen conformaciones complejas y funcionales que involucran, vigilan y protegen la integridad del tejido social que componen nuestros pueblos; por ello motivo mi columna y desde mi punto de vista como futuro administrador publico, eslabón en la maquinaria progresista que busca el tan anhelado desarrollo desde la igualdad social; en los entes de control y vigilancia del estado colombiano y la labor integra e imparcial de estos órganos y las altas cortes en las decisiones que competen e involucran el normal desarrollo de nuestra vida en democracia.
Considero que entes como la procuraduría, la contraloría y la fiscalía, en ocasiones desvían y entorpecen sin la menor imparcialidad los procesos, confrontando diferencias personales entre los altos poderes y disminuyendo la capacidad del estado de responder ante las apremiantes y urgentes verdaderas necesidades del pueblo, cuando su verdadera función es la de vigilar y controlar en el caso de las dos primeras, los recursos del erario publico tan sagrado y malgastado por contratistas, funcionarios y concesionarios del estado; la fiscalía general en su lugar, degradada ante la absurda negativa de la corte de elegir al nuevo fiscal, a tomado una posición y una barrera frente a los mecanismos de dialogo que permanentemente debieran llevar a cabo las instituciones autónomas e independientes de la república, mal obrando con comentarios punzantes que dañan la armonía que debe haber entre los poderes, por el contrario se debiera llevar un constante acompañamiento a los procesos que traen progreso y desarrollo, calificando con lupa las características objetivas y meritorias que debieran de tener los proponentes en el momento aspirar a participar del patrimonio publico, bajo ninguna razón crear polémicas, que bajo los ojos de cualquier ciudadano no dejan de ser mas que diferencias políticas; es el caso de la corte suprema de justicia la cual de manera maliciosa aplica la justicia con sevicia y odios personales, si bien es cierto que los mecanismos que se han utilizado para la recolección de la información nos es la correcta, lo verdadera mente importante es que muestra la realidad de que cuando los resentimientos personales son mezclados con poder y ansias de desprestigio y daño, deja en clara evidencia que el cruce de acusaciones nunca serán de manera objetiva, mas cuando en tras fondo de lo institucional, lo personal trasciende y deja ver nuestras diferencias.
Dejo en claro que mis posturas no involucran colores políticos, si no el interés de la reconciliación de nuestras instituciones, y el respeto absoluto por nuestra constitución y las leyes, evidenciando que se es posible subsistir como estado social de derecho, aunque tengamos diferencias en lo personal.
juan carlospalacios
V semestre

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