Por: ANDREA CONSTANZA OVIEDO SUSA
Desde las elecciones parlamentarias del 2006 el tarjetón electoral presento un cambio radical en Colombia el cual paso de ser una hoja inmensamente grande con listado, fotos, nombres de los candidatos y con un poco de incomodidad a la hora de manejarla, a un documento en el que la prioridad se centra en los partidos políticos y el numero de preferencia; pero ni así los colombianos no nos hemos adaptado a este nuevo mecanismo pues al observar los resultados podemos darnos cuenta por la cantidad de votos nulos y sin estar en su totalidad, que un gran porcentaje de personas que se encontraban aptos para votar, en el momento de llegar a los cubículos se noto la dificultad de compresión de los tarjetones, lo cual no pudieron hacerlo correctamente.
Lo que muchos no sabían era que para ejercer bien su derecho, había que hacer el ejercicio antes de votar, que consistía en saber o memorizar el número de candidato preferido, el partido al que pertenecía y si se postulaba para la cámara, senado o parlamento andino; al no tener claro esos puntos lo único que generó fue confusión para entender en si los tarjetones.
Pero este no fue el único problema que se presentó en esta jornada del pasado 14 de marzo, pues a pesar de que el ministro de defensa catalogo estas elecciones como las más tranquilas en 30 años, no faltaron los inconvenientes y fallas que suelen pasar en este tipo de actividades tales como, traslado de puestos electorales, compra de votos, la lentitud de los jurados de votación generada por la complejidad de los nuevos tarjetones por la falta de capacitación, el problema con la comunicaciones, restricciones de acceso de algunos delegados, en fin problemas por todas partes, entonces la cuestión es; que podemos esperar ante estas irregularidades institucionales? Los fraudes siguen igual o peor que los vistos en la anterior jornada electoral, las regionales del 2007. Lo peor es que todos sabemos lo que está pasando ¿Dónde están las autoridades? Donde está la prevención de esto para garantizar una democracia política limpia y transparente. Estamos volviendo a esas épocas sombrías que no le hacen bien a la sociedad, debido a la ineficiencia, manipulación, demora y falta de transparencia de nuestras instituciones encargadas de estas acciones democráticas.El sentimiento de desconfianza que dejaron estas elecciones nos hace pensar el por qué aun no se ha implementado el voto electrónico en nuestro país, donde prima la tecnología y todo es sistematizado
Desde las elecciones parlamentarias del 2006 el tarjetón electoral presento un cambio radical en Colombia el cual paso de ser una hoja inmensamente grande con listado, fotos, nombres de los candidatos y con un poco de incomodidad a la hora de manejarla, a un documento en el que la prioridad se centra en los partidos políticos y el numero de preferencia; pero ni así los colombianos no nos hemos adaptado a este nuevo mecanismo pues al observar los resultados podemos darnos cuenta por la cantidad de votos nulos y sin estar en su totalidad, que un gran porcentaje de personas que se encontraban aptos para votar, en el momento de llegar a los cubículos se noto la dificultad de compresión de los tarjetones, lo cual no pudieron hacerlo correctamente.
Lo que muchos no sabían era que para ejercer bien su derecho, había que hacer el ejercicio antes de votar, que consistía en saber o memorizar el número de candidato preferido, el partido al que pertenecía y si se postulaba para la cámara, senado o parlamento andino; al no tener claro esos puntos lo único que generó fue confusión para entender en si los tarjetones.
Pero este no fue el único problema que se presentó en esta jornada del pasado 14 de marzo, pues a pesar de que el ministro de defensa catalogo estas elecciones como las más tranquilas en 30 años, no faltaron los inconvenientes y fallas que suelen pasar en este tipo de actividades tales como, traslado de puestos electorales, compra de votos, la lentitud de los jurados de votación generada por la complejidad de los nuevos tarjetones por la falta de capacitación, el problema con la comunicaciones, restricciones de acceso de algunos delegados, en fin problemas por todas partes, entonces la cuestión es; que podemos esperar ante estas irregularidades institucionales? Los fraudes siguen igual o peor que los vistos en la anterior jornada electoral, las regionales del 2007. Lo peor es que todos sabemos lo que está pasando ¿Dónde están las autoridades? Donde está la prevención de esto para garantizar una democracia política limpia y transparente. Estamos volviendo a esas épocas sombrías que no le hacen bien a la sociedad, debido a la ineficiencia, manipulación, demora y falta de transparencia de nuestras instituciones encargadas de estas acciones democráticas.El sentimiento de desconfianza que dejaron estas elecciones nos hace pensar el por qué aun no se ha implementado el voto electrónico en nuestro país, donde prima la tecnología y todo es sistematizado
Constanza, tienes posición dura en este artículo. Casi nadie se atreve a opinar así. Muy bien por esa mirada
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