“Pesca Milagrosa” así se ha denominado en nuestro país a los retenes que hacen los grupos al margen de la ley, cuyo fin es privar de la libertad a los ciudadanos que en ellos caen.
Pero las pescas milagrosas a las que quiero hacer referencia en este escrito, son las que en esta época de campaña electoral se vienen adelantando por parte de expertos pescadores, cuyas redes atrapan desde el pez más pequeño hasta el más chico, el olor de su carnada se extiende por el amplio mar que llamamos Colombia, el olor se hace tan irresistible que los peces en medio de su inocencia muerden y muerden sin sospechar que cada instante que transcurre, los están encaminando a morder el anzuelo y una vez mordido suplicaran libertad para gozar de este mar abierto que aunque contaminado aun queda espacio con oxigeno para vivir feliz.
Todos estos pescadores tienen ansia de poder y es por ello que tal vez se sentirán aludidos con este pequeño escrito o quizás lo lean y quieran reflexionar sobre cuál ha sido su mejor estrategia que los ha encaminado a recolectar la mayor cantidad de peces.
Efectivamente en esta época de campaña electoral nos dejamos atrapar como peces, nos falta el olfato para descubrir que hay detrás de tan deliciosa carnada, se aprovechan de la falta de conocimiento y de esta forma entreguemos a manos inescrupulosas las riendas de nuestro país, estos personajes se ríen de las necesidades del pueblo, haciendo falsas promesas en las plazas públicas, prometiendo cambiar la situación social del país, acabar la corrupción, cuando en su conciencia les pesa la palabra honestidad.
Sin embargo los colombianos conocedores de esta situación, hemos caído en las redes de estos hábiles y suertudos pescadores, que continúan extendiendo sus extensas mallas llenas de carnadas, para que los pececitos debilitados por el hambre, no alcen a visualizar la trampa que se les ha tendido.
Entonces inocentes peces, no permitan que las redes de la corrupción los atrapen, hagámosle el quite a aquellos que con propuestas falsas quieren acabar con nuestro país y que viva la democracia.
Alveiro Joaqui Molina
Pero las pescas milagrosas a las que quiero hacer referencia en este escrito, son las que en esta época de campaña electoral se vienen adelantando por parte de expertos pescadores, cuyas redes atrapan desde el pez más pequeño hasta el más chico, el olor de su carnada se extiende por el amplio mar que llamamos Colombia, el olor se hace tan irresistible que los peces en medio de su inocencia muerden y muerden sin sospechar que cada instante que transcurre, los están encaminando a morder el anzuelo y una vez mordido suplicaran libertad para gozar de este mar abierto que aunque contaminado aun queda espacio con oxigeno para vivir feliz.
Todos estos pescadores tienen ansia de poder y es por ello que tal vez se sentirán aludidos con este pequeño escrito o quizás lo lean y quieran reflexionar sobre cuál ha sido su mejor estrategia que los ha encaminado a recolectar la mayor cantidad de peces.
Efectivamente en esta época de campaña electoral nos dejamos atrapar como peces, nos falta el olfato para descubrir que hay detrás de tan deliciosa carnada, se aprovechan de la falta de conocimiento y de esta forma entreguemos a manos inescrupulosas las riendas de nuestro país, estos personajes se ríen de las necesidades del pueblo, haciendo falsas promesas en las plazas públicas, prometiendo cambiar la situación social del país, acabar la corrupción, cuando en su conciencia les pesa la palabra honestidad.
Sin embargo los colombianos conocedores de esta situación, hemos caído en las redes de estos hábiles y suertudos pescadores, que continúan extendiendo sus extensas mallas llenas de carnadas, para que los pececitos debilitados por el hambre, no alcen a visualizar la trampa que se les ha tendido.
Entonces inocentes peces, no permitan que las redes de la corrupción los atrapen, hagámosle el quite a aquellos que con propuestas falsas quieren acabar con nuestro país y que viva la democracia.
Alveiro Joaqui Molina
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