PENSAMIENTO POLITICO: UN RETO SOCIAL
Por Yaqueline Piña
Las ideas políticas conforman una estructura de principios y criterios conocida como doctrina y que responde a las necesidades de actuación del hombre en sociedad. De acuerdo a la manera como el ser humano percibe, interpreta y conceptualiza la realidad, plantea un orden y una estructura de organización social. De esta forma, las teorías y las doctrinas políticas encuentran su concreción en las actividades colectivas del ser humano. En las sociedades modernas y democráticas, los partidos políticos son fundamentales porque articulan las teorías con los intereses sociales y desarrollan funciones de socialización, movilización de la opinión pública, y la legitimación del sistema político. En la actualidad, la función socializadora de los partidos ha descendido en importancia debido a la pérdida de valores esenciales para construir una cultura política que permita el fortalecimiento de la democracia, de hecho, los mismos “afiliados” prefieren una formación menos doctrinaria.
Sin embargo, las viejas prácticas clientelistas siguen siendo el pan de cada día. Los partidos políticos tradicionales no hacen otras lecturas a la realidad distintas a las recetas neoliberales que por más de tres décadas han venido pauperizando las condiciones de vida de la población colombiana. La identidad política está dada en un sentimiento de aceptación de líderes que logran tener gran popularidad antes que una plataforma de pensamiento sólido. Observamos en el panorama nacional que existen familias que se especializan en “fabricar” los líderes que se mueven en la política del país. No es extraño que desde hace más de 50 años se escuche en el escenario público apellidos como Lleras o Santos. El ciudadano del común vota ligado a sus necesidades y cree encontrar en las promesas de los políticos de turno una esperanza para su satisfacción, ayudado por los medios de comunicación que no nos permiten tener una claridad real sobre el escenario político porque sus intereses están flotantes en este ámbito.
La experiencia en nuestro país ha permitido concluir que se conforman partidos políticos con miembros provenientes de diversas corrientes, incluso de posiciones aparentemente antagónicas y priman los intereses particulares e inmediatos. Mantener la personería jurídica o encontrar un aval para enfrentar el proceso electoral se convierte en el objetivo principal para adherirse a un movimiento o grupo político. Pasan por este escenario, reinas, actores y actrices, deportistas, artistas que haciendo gala de su popularidad aspiran a mejorarla, pero que finalmente terminan siendo los fieles seguidores de las prácticas de las familias que desde hacen más de 50 años gobiernan a este país.
Por Yaqueline Piña
Las ideas políticas conforman una estructura de principios y criterios conocida como doctrina y que responde a las necesidades de actuación del hombre en sociedad. De acuerdo a la manera como el ser humano percibe, interpreta y conceptualiza la realidad, plantea un orden y una estructura de organización social. De esta forma, las teorías y las doctrinas políticas encuentran su concreción en las actividades colectivas del ser humano. En las sociedades modernas y democráticas, los partidos políticos son fundamentales porque articulan las teorías con los intereses sociales y desarrollan funciones de socialización, movilización de la opinión pública, y la legitimación del sistema político. En la actualidad, la función socializadora de los partidos ha descendido en importancia debido a la pérdida de valores esenciales para construir una cultura política que permita el fortalecimiento de la democracia, de hecho, los mismos “afiliados” prefieren una formación menos doctrinaria.
Sin embargo, las viejas prácticas clientelistas siguen siendo el pan de cada día. Los partidos políticos tradicionales no hacen otras lecturas a la realidad distintas a las recetas neoliberales que por más de tres décadas han venido pauperizando las condiciones de vida de la población colombiana. La identidad política está dada en un sentimiento de aceptación de líderes que logran tener gran popularidad antes que una plataforma de pensamiento sólido. Observamos en el panorama nacional que existen familias que se especializan en “fabricar” los líderes que se mueven en la política del país. No es extraño que desde hace más de 50 años se escuche en el escenario público apellidos como Lleras o Santos. El ciudadano del común vota ligado a sus necesidades y cree encontrar en las promesas de los políticos de turno una esperanza para su satisfacción, ayudado por los medios de comunicación que no nos permiten tener una claridad real sobre el escenario político porque sus intereses están flotantes en este ámbito.
La experiencia en nuestro país ha permitido concluir que se conforman partidos políticos con miembros provenientes de diversas corrientes, incluso de posiciones aparentemente antagónicas y priman los intereses particulares e inmediatos. Mantener la personería jurídica o encontrar un aval para enfrentar el proceso electoral se convierte en el objetivo principal para adherirse a un movimiento o grupo político. Pasan por este escenario, reinas, actores y actrices, deportistas, artistas que haciendo gala de su popularidad aspiran a mejorarla, pero que finalmente terminan siendo los fieles seguidores de las prácticas de las familias que desde hacen más de 50 años gobiernan a este país.
muy buen articulo, se ve que tiene calidad de opinion
ResponderEliminarMi apreciada Jackeline, este es un tema bien complicado para opinar. todo depende de la originalidad. pero en general es una buena estructura y eso le puede dar calidad, reconocimiento o también te puede complicar. Lo importante es iniciar. un abrazo.
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