LA JUVENTUD EN AUTODESTRUCCION

AUGUSTO BARRERA IMBACHI

Accidentes de tránsito, drogas, sida y el estrés son los principales problemas que aquejan a la juventud. Aunque cada vez están mejor informados en todos estos temas, los universitarios deberían preocuparse más por encontrar su propio equilibrio físico, mental y social.

Desde la adolescencia se debe adquirir los hábitos de vida necesarios para prevenir estos problemas que atentan contra la vida humana, ya que son estas las primeras causas de muerte en los jóvenes entre 15 y 35 años. Por ello, es necesario establecer la promoción de la salud como una materia en toda la educación secundaria, de manera que no sea una cuestión que si imparta esporádicamente sino que forme parte del currículo estudiantil.

Actualmente los accidentes de tránsito son las primeras causas de mortalidad juvenil, ubicándose en los primeros puestos en las estadísticas de mortandad dejando consecuencias graves en los supervivientes como invalidez, paraplejia y la tetraplejia, los leves originan fuertes dolores de cuello y espalda que pueden prolongarse durante varios meses.

De otro lado las mujeres han querido imitar a los hombres en muchos aspectos, junto con una publicidad muy dirigida, este fenómeno ha provocado el aumento femenino del consumo de cigarrillo, sobre todo en universitarias, superando a los hombres de la misma edad.

La juventud es extremista, se marca metas difíciles de alcanzar que derivan en estrés sumergiéndolos en un deterioro personal, que los lleva a consumir alcohol y drogas de distinto tipo, los cuales terminan en una alta depresión o en suicidio, siendo esta una de las enfermedades más destacadas de este siglo, fruto de sociedades con metas poco claras y una pérdida de valores.
Nuestra sociedad tiene dos caras. Por un lado, deforma a los jóvenes con medios masivos y por otro, intenta recuperarlos. Es contradictorio que desde la medicina se quiera hacer prevención de tabaquismo, alcoholismo y drogas cuando en la calle todo está al alcance de la mano. Dependemos de la planificación que se realicen desde los ámbitos políticos; es decir que las personas que nos gobiernan se manifiesten ante esta problemática realizando programas de prevención y de formación con valores sólidos, buscando fuentes que permitan el desarrollo de experiencias, utilizando el potencial creativo de la juventud, pues vivimos en una sociedad complicada, competitiva y consumista que genera mentes retorcidas, no sanas, lo que repercute en insatisfacción.

Por esta razón se hace una invitación a todos jóvenes para fomentar buenos hábitos de vida buscando objetivos claros con miras a un mejor futuro y desarrollo social.