jueves, 30 de septiembre de 2010

Asamblea constituyente

Asamblea constituyente
Por: Henry Galindo Martínez
La Constitución del 91 surge como respuesta a una profunda crisis nacional que no había logrado superarse a través de los canales institucionales concebidos por la Constitución del 86, en el fondo se trataba de ampliar el "pacto de interesados" existente en la Constitución del 86 para subsumir en él a las clases marginadas por el esquema introducido por el Frente Nacional de 1957. La idea sustancial que animó todo el proceso fue la de crear un ordenamiento institucional que concretara un modelo de democracia participativa donde los sujetos colectivos marginados por el manejo del estado y de la sociedad encontraran por fin los medios institucionales para llevarlo a cabo. Pero la autonomía deliberativa y la participación amplia de los sujetos colectivos que se pretendía integrar fueron violentadas por tres hechos: el primero de ellos, el ataque militar a "Casa Verde" símbolo de los procesos de paz anteriores con las FARC, el día mismo en que se votaba la convocatoria a la Asamblea Constitucional, lo que marginó desde el comienzo su participación activa; el segundo, el "Acuerdo de la Casa de Nariño" apadrinado por el Presidente Gaviria, a través del cual los tres grupos mayoritarios, el Liberalismo, el Movimiento de Salvación Nacional y el M-19, impusieron un proyecto general de articulado concertado tan sólo por los tres, sin la participación de los grupos minoritarios; y, por último, las presiones subterráneas del narcotráfico que buscaban la prohibición de la extradición, a nivel constitucional. Estos tres hechos constituyeron un serio cuestionamiento a la participación amplia, autónoma de la Asamblea Constituyente, esto se evidenció en el texto final de la Constitución. Pese a los innegables avances que se produjeron en cuanto a la definición de derechos fundamentales y garantías constitucionales, el modelo de democracia participativa que se impuso en la Constitución del 91 fue un esquema restringido propio del neoliberalismo que pretendía mantener un control en sectores claves del ordenamiento institucional. Esto se manifiesta en numerosos artículos constitucionales en los cuales se enuncia el ideal participativo para, enseguida, recortar la participación efectiva del constituyente primario a través de procedimientos formalistas que la invalidaban o, simplemente, restringían su participación a una mera vocería sin capacidad de voto. Es evidente que esa participación popular se ha visto restringida en el Congreso, donde pese a las reformas introducidas, el presidencialismo y las prácticas tradicionales parlamentarias no permitieron que prosperara una participación activa de la opinión pública, lo que ha llevado a profundizar la falta de legitimidad del parlamento en Colombia. 

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