DUALISMO PRESIDENCIAL

Las elecciones presidenciales 2010 en Colombia han generado un revuelo total de la población como suele acontecer casi siempre en nuestro país cada cuatro años, la división política del país se ve cada vez más marcada por las ideologías momentáneas que no profesan una verdadera integración nacional, sino al contrario se mueven por intereses particulares auspiciados por las fuerzas de los sistemas más poderosos. La campaña presidencial colombiana se ha reducido a dos candidatos: Juan Manuel Santos, que representa la continuidad uribista y Antanas Mockus, un político no tradicional.
Santos, el hombre escogido por el partido de Álvaro Uribe, es un periodista y empresario, que desde hace dos décadas ha sido ministro en todos los gobiernos colombianos, con excepción del de Ernesto Samper. Mockus, matemático y catedrático universitario, fue dos veces alcalde de Bogotá y no tuvo éxito en las pasadas elecciones presidenciales. Dos hombres y dos estilos diametralmente opuestos, que sin embargo, no cambiarán sustancialmente la política internacional colombiana.
Santos se define como un socialdemócrata, partidario de una apertura de mercados y hombre duro con respecto al combate al narcotráfico y a las guerrillas de las FARC.
A pesar de su empaque y discurso socialdemócrata, en lo personal es un aristócrata.
Mockus ganó notoriedad mediática como rector de la Universidad Nacional cuando durante un debate aplicó aquella extraña costumbre de algunos europeos que para expresar su desacuerdo se bajan los pantalones y enseñan el trasero. Su paso por la alcaldía de Bogotá estuvo cargado de novedosas iniciativas: creó la hora zanahoria para disminuir el alcoholismo; usó mimos para sus campañas de tránsito.
Es un gran comunicador, se identifica con los jóvenes, a quienes ha convocado a través de las redes sociales.
Para los actuales mandatarios de Venezuela y Ecuador, la antipatía hacia Santos tiene raíces más profundas que las recientes declaraciones del candidato en un debate electoral.
Los dos preferían a Mockus. No obstante pueden prejuzgarlo erradamente. Como alcalde aplicó mano dura a la delincuencia y a la hora de definir qué pesa más, si el interés nacional de Colombia y las buenas relaciones con Correa y Chávez, se inclinarían por lo primero.
Las elecciones presidenciales en Colombia prácticamente son un termómetro que nos proporciona referencias sobre la situación de nuestro país, podemos encontrar muchísima información que nos facilita ver una panorámica global de Colombia. La voz de Colombia en últimas será la voz que nos mostrará el panorama de intereses que tenemos los colombianos, por cuál de los dos caminos seguiremos.
GILMAVIRGUEZ DIAZ
Primer semestre APT