Colombia desde la conquista española ha librado una sangrienta y constante lucha armada por defender sus intereses ya sean territorio, riqueza mineral, libertad e ideales.
Todo esto le ha costado al país innumerables vidas humanas, caos desolación y pobreza; En tiempos de Simón Bolívar, se libraba una lucha por la libertad de los colombianos que se encontraban sometidos bajo el yugo español; Cuando por fin se libraron de los españoles la violencia recrudeció nuevamente ahora disputándose el control del territorio colombiano, son la población campesina quienes más han sentido de cerca este flagelo, pues son ellos los que los que se cansaron de ser veletas de los partidos tradicionales, decidieron tomar las armas con unos ideales socialistas muy claros que hoy en día se han perdido y se han convertido en un sucio negocio financiado por el terrible mal del narcotráfico encaminado a llenar los bolsillos de los comandantes, a financiar carreas políticas para quien realice y apruebe proyectos de ley que favorezcan sus intereses; a si mismo surgieron los paramilitares con el único fin de acabar con las guerrillas, pero se transformaron en los terroristas más sanguinarios y crueles, pues han arrasado con poblaciones enteras sin importar la vida de niños y mujeres que nada tienen que ver con el conflicto.
Esto ha hecho que muchos campesinos abandonen sus tierras y lleguen a Buscar refugio y nuevas oportunidades en las principales ciudades, pero lo único que logran es engrosar los cinturones de miseria y acrecentar la delincuencia al no encontrar trabajo.
Si sumamos el poder que el estado le ha dado a sus fuerzas armadas, permiten que ellos también realicen Crímenes a la población civil haciendo pasar inocentes por insurgentes con único fin de hacer de esto un negocio lucrativo.
Todo esto le ha costado al país innumerables vidas humanas, caos desolación y pobreza; En tiempos de Simón Bolívar, se libraba una lucha por la libertad de los colombianos que se encontraban sometidos bajo el yugo español; Cuando por fin se libraron de los españoles la violencia recrudeció nuevamente ahora disputándose el control del territorio colombiano, son la población campesina quienes más han sentido de cerca este flagelo, pues son ellos los que los que se cansaron de ser veletas de los partidos tradicionales, decidieron tomar las armas con unos ideales socialistas muy claros que hoy en día se han perdido y se han convertido en un sucio negocio financiado por el terrible mal del narcotráfico encaminado a llenar los bolsillos de los comandantes, a financiar carreas políticas para quien realice y apruebe proyectos de ley que favorezcan sus intereses; a si mismo surgieron los paramilitares con el único fin de acabar con las guerrillas, pero se transformaron en los terroristas más sanguinarios y crueles, pues han arrasado con poblaciones enteras sin importar la vida de niños y mujeres que nada tienen que ver con el conflicto.
Esto ha hecho que muchos campesinos abandonen sus tierras y lleguen a Buscar refugio y nuevas oportunidades en las principales ciudades, pero lo único que logran es engrosar los cinturones de miseria y acrecentar la delincuencia al no encontrar trabajo.
Si sumamos el poder que el estado le ha dado a sus fuerzas armadas, permiten que ellos también realicen Crímenes a la población civil haciendo pasar inocentes por insurgentes con único fin de hacer de esto un negocio lucrativo.
El país debe asumir con firmeza una rectificación de sus políticas, desmontando de manera imperiosa todas las formas represivas y de corrupción, abriendo fuentes de trabajo, modernizando el Estado y dándole prioridad a un plan de educación, que permita rescatar a miles de compatriotas sumidos en el analfabetismo y la pobreza, actualizando sus universidades para que estén acordes con el siglo XXI, teniendo en cuenta que contamos con una país inmensamente rico, tanto en recursos naturales como humanos, además de una privilegiada posición geográfica.
Intentar en Colombia dejar de ser violentos, asumirlo como una decisión que nos permitirá soñar finalmente, lo que seríamos en un completo estado de no agresión. Este sería el gran reto que enfrentaría nuestro próximo presidente, por eso a la hora de elegir tomemos conciencia de lo que le conviene al país.
LITHZA MARIA GONZÁLEZ REINA
IV (B) SEMESTRE DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA TERRITORIAL.
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